Este programa, ejecutado en convenio entre Méderi y Fundalectura, abarca la adquisición, organización, conservación y suministro de materiales y servicios bibliotecarios que pueden, conforme a las necesidades de cada paciente, contribuir a la atención integral para su recuperación, dar seguridad y alivio a su pérdida de autonomía, contribuir al mejoramiento de su rendimiento cognitivo y funcional, evitar la desconexión del entorno y fortalecer las relaciones sociales.

La función principal de “Leer para sanar” radica en la posibilidad de facilitar libros de distintas temáticas a pacientes y visitantes para que su estadía en nuestros hospitales sea más confortable, amena y provechosa.

Inicialmente “Leer para sanar” va dirigido a los pacientes que se encuentran en los pisos de hospitalización de los hospitales Méderi. En cada sede se ha estructurado un espacio para el almacenamiento del material y se capacitó a tres promotores (dos para el Hospital Universitario Mayor y uno para el Hospital Universitario de Barrios Unidos) quienes se desplazarán por los pisos ofreciendo a pacientes y familiares la posibilidad de un acompañamiento a través de un libro.

21 octubre 2011

“Cuando uno lee, uno crece como ser”


Hospital Universitario MayorPromotor de lectura: Andrés Monroy


Cuando se hace una lectura en voz alta con un paciente en el hospital, nunca podemos imaginar las historias que se están escribiendo en esa actividad tan sutil y delicada. Algo muy interesente empezó a construirse el jueves cuando le leía la Biblia a la Señora "Nohemi", paciente de la habitación 531. 

La Señora "Fernanda" una de las colaboradoras del aseo en Méderi entró a realizar su labor y escuchó el texto que estaba leyendo para la paciente. Al finalizar la lectura del Salmo 139 la Señora "Nohemi" me pidió el favor de escribirle el número del Salmo para volverlo a leer en su casa, a lo cual la Señora "Fernanda" se sumó a la solicitud, ya que había escuchado los versos del salmista mientras hacía el aseo de la habitación.

Un rato más tarde, en uno de los pasillos del ala norte, la Señora "Fernanda" aprovechó un momento para comentarme que a ella también le encanta leer, y que su género favorito eran las novelas, “pero no las que dan por televisión, sino la de los libros”. La Señora "Fernanda" me habló de su hija "Paola" de 5 años que “no se acuesta sin que le lean un libro” y para confirmar la seriedad con la que asume el acto de leer, afirmó: “Cuando uno lee, uno crece como ser”.

Me sentí tan identificado con el entusiasmo con el cual la Señora "Fernanda" hablaba de la lectura, que no pude resistir la idea de recomendarle afiliarse a la Red de Bibliotecas Públicas de Bogotá, para que pudiera llevar libros para ella y para compartir con su pequeña "Paola".

El tiempo pasó, y era común encontrarme con la Señora "Fernanda" por los pasillos del quinto piso y hablar un rato del programa y de su acogida en los pacientes del Hospital Universitario Mayor. El gran encuentro ocurrió el 31 de agosto, cuando la Señora "Fernanda" con una sonrisa en el rostro me contó la maravillosa noticia de que había afiliado a "Paola" a la biblioteca del Tunal, “Ahora voy a poder ir para leer con mi princesita”. 



La señora "Fernanda" se despidió  y continuó con su trabajo con el siguiente mensaje para el programa: “Quiero felicitarlos por lo que hacen, porque los pacientes olvidan su tristeza y su dolor cuando leen.  Ojalá todos los hospitales tuvieran algo como Leer Para Sanar”

Sólo puedo pensar que un Programa como Leer Para Sanar puede reunir a la distancia a una paciente de más de 60 años con una “princesita” de 5 años, en dos lugares que buscan el mejorar el bienestar y la calidad de vida de las personas: El hospital y la biblioteca.

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