Remembranzas
Por: Yomar Rodríguez
Promotora lectura Leer para Sanar
Basta mirar: se cubre de verdad la mirada.
Basta escuchar: retumba la sangre en las orejas. De cada aliento sale la
ardiente bocanada de tantos corazones unidos por parejas.
Miguel Hernández
Encontrar personas que nos recuerdan, dentro y
fuera del hospital, hacer que la resonancia de la labor quede fijada en el paso
de los días, eso es un logro y un compromiso. Como promotora, lectora y mujer
siempre es maravilloso aprender de los gestos, de una mano que se brinda para
pasarte una página o para alcanzarte una silla, una sonrisa ofrecida que da la
oportunidad de avanzar.
Este mes fue un mes de lecturas en voz alta y
de largo aliento por momentos en las habitaciones, recorrer la imaginación
lectora y poner el tono adecuado para palabra agudizar la emoción y los
sentidos en cada historia nos permite como contadores de historias, cuentos
poesías, no solo llevar las riendas de ese caballito que es la atención, sino
también entender la dimensión de cada acto al pronunciarlo, hago aquí hincapié
en una paciente que conocí y con la cual leímos dos novelas, “Seda” y “El ojo de vidrio del abuelo”, ella con problemas de oído,
necesitaba un máximo de mi capacidad para entender y seguir la historia, así pues
me aventuré a jugar con otros recursos que no solo fueron mi voz, Blanca con 61
años es la paciente de quien les hablo y escribo aquí con su edad presentaba un
problema de sordera muy avanzada debido a la sobreexposición de ruidos en la
empresa donde laboró por 45 años y donde empezó su vida laboral siguiendo el
signo de las mujeres de su casa, cuya vida estuvo marcada por un abandono
prematuro de sus padres.
Para Blanca el leer no fue algo que le
acompañara durante su vida, aunque le gustaban las novelas y especialmente las
radionovelas, se emocionaba con Kaliman
y vivenciaba las aventuras narradas por los actores de radio quienes con sus
voces animaban a travesar espacios y donde una mujer por momentos registraba la
voz de un chico llamado Solín, esta historieta de origen mexicano fue una de
las más escuchadas y fue creada por Rafael Cutberto Navarro y Modesto Vázquez
González en 1963 y llega a Colombia en 1965 por el Circuito Radial Todelar.
Todo esto para blanca es desconocido, datos que no perturban la emoción y la
mirada de sus ojos al contarme como en medio de sus avatares, de vivir en un
cuarto con sus 4 hermanas, y no poseer sino unas cuantas cosas, le permitían
motivar la emoción como ella misma lo define, muy sabiamente, hoy como todos
los de mi generación y la que sigue la de mi hijo no tenemos más que el
recuerdo de lo que fueran las delicias de aquellos días, en lo personal hay un
dejo de nostalgia. Pero retomemos, para Blanca la lectura no estaba en una hoja
y fue su signo, hoy a los 61 y pese a sus problemas de sordera, leer le cansa,
aunque sus ojos estén en un buen estado, a ella lo que le gusta es escuchar, y
reír cómplice de la voz, así pues me arriesgue a leerle, a narrarle con
pericia, las aventuras y amores de Seda y las tristuras y
melancolías del ojo de vidrio del abuelo, novelas cortas las dos, de menos de
220 páginas. Para motivarle el ánimo y la imaginación opte por llevar imágenes
y además poner música de fondo en las pausas de lectura y mientras
conversábamos a través de mis audífonos y de mi celular, por decir así le
pusimos banda sonora a la lectura, y eso fue bello, para ella, su atención no
mermo nunca y su sonrisa y por momentos afán se incrementaba al pasar las horas
de lectura, yo por mi parte era un ávida lectora de sus gestos, porque me
motiva verle abstraída en cada palabra…
Fueron 15 días su estadía en el hospital, su
abrazo al despedirse fue cálido, como suelen serlo las brisas de alguien que
siente y cree, y hoy hace algunas horas la vi pasar por una ventana de
transmilenio que iba hacia el norte, me vio en el paradero, y golpeo la ventana
con rapidez, fueron segundos donde sonreímos, donde recordamos la bonito de
hilar historias y de sentir que los libros van más allá, que somos lectores con
todos los sentidos.
El autobús de Frida Kahlo
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