Este programa, ejecutado en convenio entre Méderi y Fundalectura, abarca la adquisición, organización, conservación y suministro de materiales y servicios bibliotecarios que pueden, conforme a las necesidades de cada paciente, contribuir a la atención integral para su recuperación, dar seguridad y alivio a su pérdida de autonomía, contribuir al mejoramiento de su rendimiento cognitivo y funcional, evitar la desconexión del entorno y fortalecer las relaciones sociales.

La función principal de “Leer para sanar” radica en la posibilidad de facilitar libros de distintas temáticas a pacientes y visitantes para que su estadía en nuestros hospitales sea más confortable, amena y provechosa.

Inicialmente “Leer para sanar” va dirigido a los pacientes que se encuentran en los pisos de hospitalización de los hospitales Méderi. En cada sede se ha estructurado un espacio para el almacenamiento del material y se capacitó a tres promotores (dos para el Hospital Universitario Mayor y uno para el Hospital Universitario de Barrios Unidos) quienes se desplazarán por los pisos ofreciendo a pacientes y familiares la posibilidad de un acompañamiento a través de un libro.

02 julio 2011

Una nueva lectura, un nuevo hallazgo

Hospital Universitario Mayor
Promotor de lectura: Andrés Monroy
  


Es difícil conocer con exactitud los 400 títulos que tiene el programa de Leer Para Sanar, por lo que siempre hay una oportunidad de disfrutar al lado de los pacientes de una nueva experiencia literaria.

Doña "Eva"  y Doña "Ana María", dos abuelas hospitalizadas y compañeras de habitación, fueron las directas responsables de una nueva aventura, ya que quisieron compartir de una lectura en voz alta al lado de "Andrés" (nieto de Doña "Ana María") y de "Carmen" (nuera de Doña "Eva María"). El cuento que escogieron para entretenerse esa mañana fue “La colcha de la abuela”.

Confieso que el libro me conmovió profundamente, por el manejo que le dan a una de las historias más tristes que se viven en Estados Unidos, el momento en el que los adultos mayores son llevados a los ancianatos para que terminen la última parte de su vida lejos del hogar en el pasaron la mayor parte de su existencia. La historia tiene un final relativamente feliz, en el que muestra la adaptación de la abuela gracias a la compañía frecuente de su nieta, quién decide hacerle una colcha de regalo muy especial que ayuda a resignificar la vida de la abuela.

En lo más interesante de la historia, la enfermera Martha Cárdenas llegó a realizar alguna actividad de rutina, y me dijo mirando a las pacientes: “Hola profe, ¿Cómo va? ¿Si le esta poniendo cuidado?” Esta pregunta nos sacó una carcajada a todos, y nos dejó en el ambiente una pizca de humor que se mezcló con la lectura del cuento y la hizo más dulce.
Por eso, va a ser muy difícil recordar este libro de “La colcha de la abuela” sin relacionarlo con tan hermosas personas que puedo conocer gracias a Leer Para Sanar.



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