Este programa, ejecutado en convenio entre Méderi y Fundalectura, abarca la adquisición, organización, conservación y suministro de materiales y servicios bibliotecarios que pueden, conforme a las necesidades de cada paciente, contribuir a la atención integral para su recuperación, dar seguridad y alivio a su pérdida de autonomía, contribuir al mejoramiento de su rendimiento cognitivo y funcional, evitar la desconexión del entorno y fortalecer las relaciones sociales.

La función principal de “Leer para sanar” radica en la posibilidad de facilitar libros de distintas temáticas a pacientes y visitantes para que su estadía en nuestros hospitales sea más confortable, amena y provechosa.

Inicialmente “Leer para sanar” va dirigido a los pacientes que se encuentran en los pisos de hospitalización de los hospitales Méderi. En cada sede se ha estructurado un espacio para el almacenamiento del material y se capacitó a tres promotores (dos para el Hospital Universitario Mayor y uno para el Hospital Universitario de Barrios Unidos) quienes se desplazarán por los pisos ofreciendo a pacientes y familiares la posibilidad de un acompañamiento a través de un libro.

10 julio 2011

"Marcelino" y las liebres color avellana


Hospital Universitario Mayor
Promotor de lectura: Andrés Monroy

El jueves me encontré una bonita sorpresa, cuando al entrar a una de las habitaciones del quinto piso encontré a "Joaquina" con su pequeño bebé de dos días de nacido. 

Como estaba en la ronda de préstamo de libros para la lectura personal de los pacientes, "Joaquina" expresó su deseo por leer un cuento a "Marcelino". Sin embargo al pasar dos horas después a recoger el libro, "Joaquina" me contó que no había tenido tiempo de leer ya que "Marcelino" había estado muy inquieto y triste. 

En ese momento se encontraban acompañados por "Gregorio", su esposo, que cargaba y consentía a "Marcelino". Yo recogí el libro y les comenté que no había ningún problema y salí de la habitación, sin embargo algo en mi interior hizo que desandará los pasos y les preguntará si querían que les leyera un cuento a los tres. 

"Gregorio" miró a Jessica que acostada en la cama dio su permiso para hacer la lectura en voz alta del libro más “pequeño” de la colección de Leer Para Sanar. Entré con “Adivina cuanto te quiero” un libro de medio metro de alto y me entregué a compartir las palabras de Sam McBratney y las ilustraciones de Anita Jeram. 

Fue muy divertido realizar pausas para hacerles preguntas de predicción a "Joaquina" y a "Gregorio" de lo que seguiría en la historia de las liebres color avellana, algunas veces acertaban, y otras se reían cuando pasaba algo diferente. Durante todo el tiempo "Marcelino" estuvo quieto mirando a su papá, que hablaba y observaba con atención el libro. 

De alguna manera "Marcelino" realizó dos lecturas esa mañana, la primera fue la que escuchó por mi voz y la segunda, y más importante, fue la que hizo del rostro y voz de su padre. Al terminar la lectura me despedí de la familia y les expresé la emoción que sentía al tener el privilegio de ser la primera persona que le leía a "Marcelino" gracias al programa Leer Para Sanar.

Adivina cuánto te quiero / Sam McBratney 
 traducido por Esther Rubio ; ilustrado por Anita Jeram. 
 Madrid : Kókinos, 2008.

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